¿Qué es la carbofobia?
Cada vez es más común en consulta que pacientes lleven una alimentación muy controlada en hidratos de carbono cuando buscan perder peso o simplemente mantenerlo, esto se debe a haber seguido dietas ricas en proteínas y creen que volviendo a introducir carbohidratos su estrategia no les funcionará.
Por ese motivo existen personas que sientan verdadero pánico a los carbohidratos (carbofobia). Realmente este miedo no esta justificado y voy a explicar por qué.
Empiezaré por explicar que tipos de carbohidratos existen.
¿Qué tipos de carbohidratos hay?
Existen 2 grupos de carbohidratos, los simples y los complejos. Por otro lado, existen los carbohidratos no absorbibles como la fibra.
Aunque en las dietas para perder peso se tienda a reducir la ingesta de carbohidratos (igual que otros nutrientes como grasas y proteínas), no conviene eliminarlos del todo. Además los carbohidratos en general son los componentes más abundantes después del agua.
Dentro de los carbohidratos los que más nos interesan son los complejos que son aquellos que producen sensación de saciedad rápidamente y se digieren lentamente proporcionándonos energía de absorción lenta, es decir que producen un menor pico de insulina en comparación con los carbohidratos simples, con lo cual retrasan la aparición del apetito.
Esto último es muy importante ya que una dieta muy baja en carbohidratos, también lo será de fibra, con la importancia que tiene por su efecto saciante si estamos buscando bajar de peso, además aumenta el volumen de las heces y ayuda a tener una buena motilidad intestinal y sirve como alimento para la microbiota intestinal con la importancia que tiene para el sistema inmune y para mantener una buena salud en general.
Por tanto, la restricción severa de carbohidratos favorece la pérdida de masa muscular así como la carencia de algunas vitaminas del grupo B, de vitamina C, vitamina E y de minerales.
Por otro lado en cuanto los carbohidratos simples, sí que conviene que no sobrepasen el 10% de nuestra ingesta energética diaria (azúcar, fructosa, zumos concentrados de fruta, miel,…). Este tipo de carbohidratos de absorción rápida favorecen el hiperinsulinismo, provocando a la larga la aparición de diabetes tipo 2, también aumentan el riesgo de enfermedad coronaria y además aumentan los depósitos de grasas.
Otro detalle a tener en cuenta es la fuente de estos carbohidratos.
Los más interesantes por tener un perfil nutricional mejor que el pan o la pasta refinada son los tubérculos como las patatas, el boniato, cereales preferiblemente integrales como el arroz, la avena o la espelta, también los pseudocereales como la quinoa o el trigo sarraceno, las legumbres y algunos frutos secos como las castañas o los anacardos, y por supuesto también las frutas y verduras.
Espero que este blog te haya ayudado a despejar dudas y dejar a un lado el pánico a los carbohidratos.